viernes, 9 de noviembre de 2007

"MI DIOS" Mohandas Gandhi


La no violencia es la fuerza suprema de que dispone la humanidad. Es más poderosa que la más potente arma de destrucción concebida por la inteligencia humana. La destrucción no es la ley de los humanos. El ser humano sólo vive libremente si está dispuesto a morir, si es necesario, a manos de su hermano, sin cometer nunca un asesinato. Todo asesinato o cualquier otro daño perpetrado o infligido contra otro es, sea cual sea su causa, un crimen contra la humanidad.
- Harijan, 20 de julio de 1935, pp. 180-181

La no violencia es una fuerza activa del orden más elevado. Es la fuerza del alma o el poder de la Divinidad dentro de nosotros. El ser humano imperfecto no puede captar la totalidad de esa esencia -pues no puedo soportar todo su resplandor-, pero una sola fracción infinitesimal de ella, cuando llega a actuar dentro de nosotros, puede hacer milagros. El sol que brilla en el cielo llena todo el universo con su calor vivificante. Pero si alguien se acercara demasiado a él, quedaría reducido a cenizas. Lo mismo sucede con la Divinidad. Nos hacemos semejantes a Dios en la medida en que vivimos la no violencia; pero nunca podremos llegar a ser completamente iguales a Dios...
- Harijan, 12 de noviembre de 1938, p. 327

Edit. Sal Terrae, 2001, págs. 36-37

COMENTARIO:
La primera conclusión a la que llegamos después de leer Mi Dios de Ghandi es que nos encontramos ante un hombre profundamente religioso. Y, aunque vivir intensamente la religión no es equivalente a ser un buen hombre - o una buena mujer - (a la Historia me remito), en él si que podemos personificar la bondad y la preocupación por el prójimo.
Cita en algunos pasajes a los dioses monoteístas (Dios cristiano, Yahvé, Alá) y sus religiones (cristianismo, judaísmo, islamismo) y se declara escrupulosamente respetuoso con ellas. Las considera, además, tan verdaderas como la suya. Y esto es importante. No se puede decir lo mismo de la actitud de muchos creyentes cristianos o musulmanes (principalmente sus dirigentes) que sólo dan validez a la suya, y no les duelen prendas en declarar la guerra "al infiel", a aquellos que no profesan o aceptan su religión o, simplemente, se consideran ateos.
Y si Ghandi es el príncipe de la no-violencia es porque consideraba que la práctica religiosa más debe ser un punto de encuentro que de enfrentamiento. De todos modos, sí que proponía la no-violencia activa, en la que distinguía cuatro grupos diferentes de acciones según el nivel de intensidad: el diálogo, la acción directa (movilizaciones masivas), la no cooperación y la desobediencia civil.
En la web www.sipaz.org/documentos/ghandi he encontrado una somera explicación sobre LA LUCHA DE GHANDI Y LA NO VIOLENCIA ACTIVA. Transcribo el párrafo en cuestión:
  • El “Diálogo” se identifica por ser una acción de comunicación e información; se le hace saber al otro la postura propia. La “Acción directa”, que interviene en caso de que el diálogo no sea suficiente, son movilizaciones de masas, mítines, marchas y actos similares. La “No-cooperación” es dejar de efectuar acciones que reproduzcan las causas de la opresión, generalmente se la identifica con el boicot y el ayuno. Una de las mayores campañas gandhianas de no-cooperación con los ingleses fue conseguir que el pueblo hindú dejara de comprar ropa inglesa y se confeccionara su propia ropa a mano con tela hindú. Finalmente, el nivel más alto de la no-violencia es la “Desobediencia civil”, que consiste en negarse a obedecer leyes o mandatos inhumanos e implica el uso del cuerpo y de armas morales.
La relación de Ghandi con Dios fue simple: Dios es la Verdad, y para encontrarlo hay que ser congruente en pensamiento, palabra y acción.
Para dar verdadero sentido a estas palabras miremos hacia El Vaticano. ¡Hay tantos purpurados que deberían pasarse unas cuantas horas diarias dándole a la rueca, probando en sí mismos las hieles de la pobreza alejados de palacios y catedrales, estando al lado de los que sufren necesidad, dolor y enfermedad!
¿ O no ?
(S.H., 2007)