lunes, 31 de diciembre de 2007

"NIEVE" Orhan Pamuk

"Profesor, llevo dos días en la carretera en medio de una tormenta de nieve; en el autobús no he hecho más que pensar en usted. Créame, sabía perfectamente que me iba a decir que es un hombre temeroso de Dios. Así que le voy a hacer la pregunta que me ha estado rondando por la cabeza todo este tiempo. Si temes a Dios, señor catedrático Nuri Yilmaz, y crees, señor profesor, que el Sagrado Corán es la palabra de Dios, entonces podrás decirme lo que opinas de la hermosa aleya treinta y uno de la azora de la Luz."/"En esa azora, sí, se dice de una manera muy clara que las mujeres deben cubrirse la cabeza, incluso taparse el rostro."/"Buena respuesta, muy honesta. ¡Gracias, profesor! Entonces, ¿puedo preguntarle algo? ¿Cómo puede compaginar esa orden de Dios con su prohibición de que nuestras jóvenes vayan cubiertas a la escuela?"/"El que las jóvenes no vayan cubiertas a las aulas ni a las escuelas es una orden de nuestro Estado laico."/"Disculpe, profesor, ¿puedo preguntarle algo? ¿Qué es más importante, una orden del Estado o una orden de Dios?"/"Buena pregunta. Pero en un Estado laico son cosas separadas".

Edit. Punto de lectura, 2007, pág. 68


COMENTARIO:
En la obra Nieve, a Orhan Pamuk no se le puede aplicar el refrán castellano "hay que saber nadar y guardar la ropa". En una entrevista concedida al diario El País (Babelia) el 24 de septiembre de 2005, reconocía que no había dejado contento a nadie: "tanto los lectores laicos, como los islámicos se sintieron ofendidos de alguna forma...Los laicos pensaron que se mostraba comprensión hacia los políticos islámicos retratados en el libro como si fueran víctimas del Ejército turco. Y los políticos islámicos pensaron que me estaba riendo un poco de ellos por sus ideas, su brutalidad, su confusión y su miseria".
Nieve es una novela eminentemente política que muestra de una manera diáfana la sociedad turca, sus costumbres, su división religiosa, sus enfrentamientos y las preocupaciones de sus gentes.
En Turquía se han distinguido dos corrientes religiosas: la laicista, apoyada por el ejército y los sectores más progresistas, y la islámica, más tradicional, con sus seguidores dentro del sector más popular. Las dos están recogidas en esta obra apareciendo continuamente en la trama.
El personaje principal de la obra y, además, su hilo conductor es Ka, un poeta turco que se vio obligado a exiliarse en Alemania. Regresa a Kars, su ciudad natal, situada en el norte de Turquía, para cubrir como periodista del diario La República de Estambul dos noticias de gran relevancia: la celebración de elecciones municipales y el suicidio de jóvenes mujeres islamistas que han preferido morir antes que quitarse el velo que les cubre la cabeza (llevado por razones religiosas), al recomendar el gobierno no asistir con él a las clases.
Ka, debido a sus años de estancia obligada en el extranjero, representa el hombre culto, el intelectual, la persona que ha asumido el modo de vida europeo occidental y que defiende el laicismo para su país. Él mismo se considera ateo. Un ateo al que hacen dudar de su condición religiosa muchos de los personajes islámicos militantes con los que entra en contacto durante su estancia en Kars.
La corrupción, las diferentes facciones de poder (algunas de ellas auténticamente mafiosas), el miedo a vivir y el miedo a la facilidad con la que se puede perder la vida, la pobreza, la pasividad de muchos de sus hombres y mujeres, la autoridad incuestionable de padres y maridos, el sometimiento familiar..., son tratados con verdadero detalle, trasladando al lector la atmósfera social e individual en la que se desenvuelven los ciudadanos.
Y en medio de los acontecimientos que se relatan, en un ambiente tan pútrido, se desarrolla una historia de amor protagonizada por el propio Ka e Ipek, una bella mujer que encandila al poeta y que da lugar a un meteórico enamoramiento vivido durante los tres días en que se desarrolla la obra. Ipek se encuentra, por carácter y educación, más cerca del grupo social empeñado en sacar a Turquía del atraso económico y de los lastres religiosos.
Nieve es una novela de contrapesos. Al terminar la última página nos encontramos con una obra que queda completamente compensada y equilibrada. El autor no se decanta por nadie. Él mismo lo ha dicho: "este libro no pretende solucionar los problemas de Turquía; de lo que se trata en este libro es de comprender a la gente que ha quedado totalmente atrapada por estos problemas de laicismo, islamismo político, modernidad, tradición, amor a la familia y la imposición de una manera de pensar, vestir, hacer..."
La nieve, como agente meteorológico, es un elemento esencial en la obra. Sobre ella se soporta desde el inicio el argumento, e incluso el trabajo poético de Ka está sustentado en ella. Pero, a mi parecer, anotaremos en el debe de Pamuk la falta de credibilidad de Ka como poeta. De los poemas que escribe en esos tres días el autor se encarga de que conozcamos el título de cada uno (incluso al final del libro crea un índice), pero sorprende que, no mostrando al lector ni uno sólo de los poemas escritos, sí nos convenza de su facilidad para escribir de carrerilla treinta o cuarenta versos en record olímpico. Sin embargo, cualquier poeta ha expresado innumerables veces la dificultad que entraña parir un poema, un verso, una palabra. La poesía necesita pensamiento, elaboración y decantación, lo más alejado de la velocidad a la que escribe Ka. Para muestra un botón:
  • pág. 155 "En ese momento, mientras nadie le prestaba atención, a Ka se le vino un poema. Llevaba consigo el cuaderno y, con la experiencia que le había proporcionado el primer poema, le prestó toda su atención a la voz que se elevaba en su interior y ahora pudo escribir de un solo golpe los treinta y seis versos sin que se le escapara ni uno".
Considero que Orhan Pamuk ha otorgado a Ka el oficio de poeta como podía haberle adjudicado el de representante comercial o bibliotecario, por poner un ejemplo. Y aún así, ninguna de estas profesiones restarían ni un ápice el papel tan relevante que este personaje desempeña en este buen libro.
(S.H., 2008)

domingo, 18 de noviembre de 2007

"LA CAVERNA" José Saramago


La vivienda y la alfarería fueron construidas en este amplio terreno, probablemente una antigua era, o en un ejido, en cuyo centro el abuelo alfarero de Cipriano Algor, que también usara el mismo nombre, decidió en un día remoto del que no quedó registro ni memoria, plantar el moral. El horno, un poco apartado, ya era obra modernizadora del padre de Cipriano Algor, a quien también le fue dado idéntico nombre, y sustituía a otro horno, viejísimo, por no decir arcaico, que, visto desde fuera, tenía la forma de dos troncos cónicos sobrepuestos, el de encima más pequeño que el de abajo, y de cuyos orígenes tampoco quedó memoria. Sobre sus vetustos cimientos se construyó el horno actual, este que coció la carga de la que el Centro sólo quiso recibir la mitad,...

Edit. Alfaguara, 2003, pág. 32


COMENTARIO:
Al igual que en Ensayo sobre la ceguera, Saramago trata y denuncia en La Caverna el aprovechamiento y la manipulación inmoral que ejercen unos seres humanos sobre otros. En La Caverna el desarrollo narrativo intenta desvelar el comportamiento de quienes de un modo miserable, amparándose en las grandes multinacionales, en la libertad de mercado, en el capitalismo que sólo considera útil aquello a lo que se puede extraer un rendimiento, pisotean la dignidad de los más indefensos. A la sociedad de consumo qué le importa el individuo; qué le importa el trabajo sosegado, la destreza artesanal o el objeto acabado con amor, si sólo le vale el enriquecimiento vertiginoso vendiendo aquello que se produce en serie y mecánicamente; qué le importa todo esto si su lema es : obtener el mayor beneficio con el menor coste. Ellos siempre tratan de confundirnos y de anular nuestra voluntad. Y, visto lo visto, lo consiguen. Nos manipulan nuestros deseos, nuestra forma de vida. Propician que renunciemos a las pequeñas cosas, aquéllas que son la esencia de la vida y que, además, suelen ser gratuitas. La tesis de José Saramago es transparente: directa, indirecta o subliminalmente nos conducen al redil, a la majada, al Centro Comercial. Al lugar donde no hace frío ni calor, ni te mojas; donde puedes alimentarte, vestirte, calzarte, divertirte, solazarte; al lugar donde consiguen vaciarte simultáneamente los bolsillos y la tarjeta de crédito. En el Centro Comercial está la realidad, el verdadero disfrute de la vida; lo de fuera es la penuria, el vacío, la soledad. Los borregos actuales ya no necesitamos perros pastores que reconduzcan al rebaño por el camino correcto; de eso se encargan grandes inversiones publicitarias que, si no tienes la buena suerte de confundirte en las rotondas, te dirigen mediante cientos de vallas hacia la boca que todo lo engulle, vehículos y pasajeros, para que ocupemos durante unas horas nuestro merecido lugar en el Paraíso.
En la novela de Saramago sus personajes resuelven defenderse y recuperar su dignidad.
(S.H.-2007)

viernes, 9 de noviembre de 2007

"MI DIOS" Mohandas Gandhi


La no violencia es la fuerza suprema de que dispone la humanidad. Es más poderosa que la más potente arma de destrucción concebida por la inteligencia humana. La destrucción no es la ley de los humanos. El ser humano sólo vive libremente si está dispuesto a morir, si es necesario, a manos de su hermano, sin cometer nunca un asesinato. Todo asesinato o cualquier otro daño perpetrado o infligido contra otro es, sea cual sea su causa, un crimen contra la humanidad.
- Harijan, 20 de julio de 1935, pp. 180-181

La no violencia es una fuerza activa del orden más elevado. Es la fuerza del alma o el poder de la Divinidad dentro de nosotros. El ser humano imperfecto no puede captar la totalidad de esa esencia -pues no puedo soportar todo su resplandor-, pero una sola fracción infinitesimal de ella, cuando llega a actuar dentro de nosotros, puede hacer milagros. El sol que brilla en el cielo llena todo el universo con su calor vivificante. Pero si alguien se acercara demasiado a él, quedaría reducido a cenizas. Lo mismo sucede con la Divinidad. Nos hacemos semejantes a Dios en la medida en que vivimos la no violencia; pero nunca podremos llegar a ser completamente iguales a Dios...
- Harijan, 12 de noviembre de 1938, p. 327

Edit. Sal Terrae, 2001, págs. 36-37

COMENTARIO:
La primera conclusión a la que llegamos después de leer Mi Dios de Ghandi es que nos encontramos ante un hombre profundamente religioso. Y, aunque vivir intensamente la religión no es equivalente a ser un buen hombre - o una buena mujer - (a la Historia me remito), en él si que podemos personificar la bondad y la preocupación por el prójimo.
Cita en algunos pasajes a los dioses monoteístas (Dios cristiano, Yahvé, Alá) y sus religiones (cristianismo, judaísmo, islamismo) y se declara escrupulosamente respetuoso con ellas. Las considera, además, tan verdaderas como la suya. Y esto es importante. No se puede decir lo mismo de la actitud de muchos creyentes cristianos o musulmanes (principalmente sus dirigentes) que sólo dan validez a la suya, y no les duelen prendas en declarar la guerra "al infiel", a aquellos que no profesan o aceptan su religión o, simplemente, se consideran ateos.
Y si Ghandi es el príncipe de la no-violencia es porque consideraba que la práctica religiosa más debe ser un punto de encuentro que de enfrentamiento. De todos modos, sí que proponía la no-violencia activa, en la que distinguía cuatro grupos diferentes de acciones según el nivel de intensidad: el diálogo, la acción directa (movilizaciones masivas), la no cooperación y la desobediencia civil.
En la web www.sipaz.org/documentos/ghandi he encontrado una somera explicación sobre LA LUCHA DE GHANDI Y LA NO VIOLENCIA ACTIVA. Transcribo el párrafo en cuestión:
  • El “Diálogo” se identifica por ser una acción de comunicación e información; se le hace saber al otro la postura propia. La “Acción directa”, que interviene en caso de que el diálogo no sea suficiente, son movilizaciones de masas, mítines, marchas y actos similares. La “No-cooperación” es dejar de efectuar acciones que reproduzcan las causas de la opresión, generalmente se la identifica con el boicot y el ayuno. Una de las mayores campañas gandhianas de no-cooperación con los ingleses fue conseguir que el pueblo hindú dejara de comprar ropa inglesa y se confeccionara su propia ropa a mano con tela hindú. Finalmente, el nivel más alto de la no-violencia es la “Desobediencia civil”, que consiste en negarse a obedecer leyes o mandatos inhumanos e implica el uso del cuerpo y de armas morales.
La relación de Ghandi con Dios fue simple: Dios es la Verdad, y para encontrarlo hay que ser congruente en pensamiento, palabra y acción.
Para dar verdadero sentido a estas palabras miremos hacia El Vaticano. ¡Hay tantos purpurados que deberían pasarse unas cuantas horas diarias dándole a la rueca, probando en sí mismos las hieles de la pobreza alejados de palacios y catedrales, estando al lado de los que sufren necesidad, dolor y enfermedad!
¿ O no ?
(S.H., 2007)

miércoles, 10 de octubre de 2007

"ANTONIO LÓPEZ" de Sandra Miranda



En estos atardeceres del estío, está terminando de pintar la ciudad de Madrid; la contaminación está allí, creación maligna del hombre, pero no le impide transcribir al lienzo la ciudad cansada, el sudor, el ruido de las cisternas, los nacimientos y las muertes, murmullo de voces, vaho oscuro de millones de alientos, la fatiga de los cuerpos. ¡Inmensa mole!, plasmada al final del día, cuando el sol benévolo se retira.
La ciudad. Antonio interroga a su masa, energía contenida, materia que se disolverá en la nada, melancólico sino intuido, escrito en sus lisas murallas.
La ciudad con pátina vejatoria. La ciudad que el hombre ha diseñado le dio esperanza, ahora la mancilla con su máquina de egoísmo infernal. Indefensa está ahí, podría decirnos: si mis átomos se desataran, sería una poderosa zarpa que os destrozaría(...) Esta mañana pinta una calle madrileña, calle con asombroso poderío y mansedumbre, quieta, vacía; la pinta al amanecer, en el silencio que antecede al despertar del hombre. Antonio en el centro, suelo denso de asfalto, con la mirada siguiendo las fachadas y los muros, hasta la línea del horizonte donde todo confluye. Antonio está quieto; la comprensión llega en silencio. La calle emerge humanoide, real como una enfermedad, melancólica mole, con nostalgia de nave a las estrellas.
Pinta la luz, la densidad de los muros, de las puertas y ventanas, el peso del aire, que es un cuerpo. Pinta el aire en sus recipientes, en la gran habitación sin límites que es el cielo. Pinta las fachadas con su carga de elocuencia, soldadas con el suelo, que es la tierra.
Antonio últimamente penetra más y más en lo Real, inquietante enigma.


Enrique Gran
"Sobre Antonio López" en Cuadernos Guadalimar nº 2 (Ediciones Rayuela, Madrid, 1977)
Grandes Genios del Arte Contemporáneo Español. El siglo XXI
pag. 154, Biblioteca El Mundo, 2006

jueves, 27 de septiembre de 2007

"EL CORAZÓN HELADO" Almudena Grandes



A mí no me gustan los entierros, ellos lo saben.No me gusta el gesto indiferente de los sepultureros que adoptan una expresión de condolencia artificial y previsible, tan humana, cuando su mirada se tropieza con la de los deudos. No me gusta el ruido de las palas, ni la brutalidad del ataúd rozando las paredes de la fosa, ni la silenciosa docilidad de las sogas al deslizarse, ni la liturgia de los puñados de tierra y las rosas solitarias, ni esa sintaxis pomposa, fraudulenta, de los responsos.
No me gusta el ritual macabro de esa ceremonia que siempre acaba siendo tan breve, tan trivial, tan inconcebiblemente soportable, todos lo saben. Por eso estaba solo, lejos, con Mai al lado, separado de los míos y de los otros, tan lejos de los abrigos de pieles como de las chaquetas de lana y casi a salvo del ronroneo del cura que mi familia se había traído de Madrid...."

Álvaro,
Edit. Tusquets , 2007, pág. 18
COMENTARIO:
El corazón helado es la historia de dos familias, opuestas ideológicamente, marcadas por la guerra civil española. Comienza la narración en el año 2005. En el entierro de Julio Carrión, uno de sus hijos ve a una mujer desconocida. Iremos averiguando casi todo sobre su vida, como que es hija y nieta de exiliados republicanos en Francia. Lo que ni ella ni el hijo de Julio Carrión sospechan en ese momento es que van a vivir una intensa y dolorosa historia de amor, y van a ver cómo su pasado se cruza de forma dramática.
La novela nos cuenta la guerra, el exilio, el franquismo y la transición, vivida de forma distinta por las dos familias. Está relatada por los nietos y son dos los narradores que van alternando y aclarando la historia un tanto compleja y a veces repetitiva. A pesar de esto y de su, a mi parecer, injustificada extensión, logra mantener el interés. Quizás porque no cuenta la historia de aquella época, sobre la que tanto se ha escrito, sino los sentimientos de sus personajes, sus vidas.
Lo cierto es que la novela emociona, conmueve y sorprende con su desenlace.
Y detrás de todo, la novela quiere ser lo que la propia autora ha declarado en alguna entrevista: un ejercicio de memoria histórica y el intento de saldar una deuda con el bando republicano.
(J.LL.,2008)

miércoles, 26 de septiembre de 2007

" EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS " John Boyne


El coche oficial con las banderitas en el capó los llevó a una estación de ferrocarril que tenía dos vías separadas por un ancho andén. A cada lado del andén se encontraba un tren esperando a que subieran los pasajeros. Como había tantos soldados desfilando por el otro lado y la alargada caseta del guardavía interrumpía la visión, Bruno sólo pudo ver brevemente a la multitud. Entonces él y su familia subieron a un tren muy cómodo en el que viajaban muy pocos pasajeros, había muchos asientos vacíos y entraba bastante aire fresco cuando bajaban las ventanillas. Si los trenes hubieran estado orientados en sentidos opuestos, pensó, no habría parecido tan raro, pero no era así; ambos apuntaban hacia el este. Tuvo ganas de gritar a aquella gente que en su vagón quedaban muchos asientos vacíos, pero se abstuvo porque intuyó que, aunque aquello no hiciera enfadar a Madre, seguramente pondría furiosa a Gretel, lo cual habría sido peor.
Bruno no había visto a su padre desde la llegada a la nueva casa de Auchviz. Poco antes había creído que quizá estaba en su dormitorio, cuando la puerta se había entreabierto, pero resultó ser aquel joven soldado antipático que había mirado a Bruno con unos ojos que no reflejaban ni pizca de ternura.

Edit. Salamandra, 2007, pág. 47

martes, 18 de septiembre de 2007

"LA DICTADURA DE FRANCO" , Javier Tusell


... la democracia es un sistema político que resulta incomparablemente superior a una dictadura. No lo es porque se trate del menos malo de los sistemas, sino porque un sistema que tiene como fundamento la libertad es estrictamente más humano: el que hace que la persona pueda desarrollar todas sus potencialidades, el que muestra mayor aprecio por su dignidad y el que supone que todos puedan llegar a cooperar en la tarea común. No hay, pues, sólo un superioridad funcional de la democracia sobre la dictadura sino, sobre todo y antes que nada, una superioridad ética. Cabe añadir, además, que nunca una dictadura es inevitable; siempre hay una solución a través de la cual, a pesar de todas las dificultades, los seres humanos pueden conservar la libertad en que vivieron durante el pasado; si el futuro no está escrito, menos aún el ser humano está condenado a esa privación de libertad. Una dictadura es siempre una de las peores soluciones: puede resolver un problema concreto, pero suele aplazar todos.


Edit. Altaya, 1996, pág. 355

lunes, 6 de agosto de 2007

"LOS LIBROS ARDEN MAL", Manuel Rivas


Yo no quiero ser ningún caso, dijo desconfiado. ¿Qué le pasa a mi corazón?.
Su corazón es un libro, dijo Afrodita. antes de éste, ha tenido dos infartos. Se ve en las cicatrices. Los doctores no se explican cómo ha salido adelante sin atención médica. ¿Usted no se acuerda? Tuvo que sentir cómo se le iba el hilo de la vida.
Alguna vez sí que se me olvido respirar, sí.
¿Y qué hizo entonces?
Tirar del aliento. Tuve que tirar del aliento. Y sacarme las herraduras de la muerte.

Polca,
Edit. Alfaguara, 2006, pág. 585